Así comenzaba Eduardo Manchón, uno de los fundadores de AlicanTEC y miembro de nuestra junta directiva, un hilo de tuits que le llevarían a desgranar paso a paso cuál fue el germen de nuestra asociación. El Hacker Club nació en el año 2010…

Transcribimos el hilo de tuits para una más fácil lectura:

«Hay vida startupil potente más allá de Madrid y BCN? En 2010 tras dejar Google me volví a Alicante y quise conectar con el mundo startupil local, existía? era potente? Así que monté el Alicante Hacker Club. Abro hilo y cuento la experiencia para quien le interese

Tuve que tomar «cienes de cafeses» con miembros potenciales del club, a modo de entrevista, el café servía para ver si pasaban el filtro. La clave es el filtrado, que no se te llene el club de «wanabees» con proyectos jamas lanzados, ni gente de negocio buscando developers.

Al club se accedía solo bajo invitación. A mi me interesaba gente con proyecto en marcha (lanzado) y con perfiles potentes, fundamentalmente background tecnológico, gente con capacidad de hacer, no solo hablar. Nada de consultores por buenos que fueran. Sin proyecto no había invitación al club. A la gente la encontré en listados de start-ups, linkedin (filtrando localización), prensa local, etc. Les contactaba, les invitaba a un café, me contaban su vida y les contaba mi idea. Si encajaban les invitaba al club.

El club al principio se reunía en locales que nos prestaban, un bar, una oficina… Las reuniones tenían programa, uno o varios presentaban sus proyectos y lo sometía a la técnica del descuartizamiento, gente como @antor o @joseleperez , se lo rajaban de arriba a abajo.Un disfrute

El objetivo del debate, poder compartir información valiosa práctica y concreta que en público no se compartiría fácilmente por diversos motivos. El debate debía ser moderado, la Googleología estaba prohibida, yo cortaba en seco a la peña divagante. Cuando ya nos conocíamos todos bien invité a dar charlas founders de toda la península que yo respetaba @saleiva @danielgimenez @nachog @bonillaware, etc. y más adelante a muchos VC y BA @arrola @Aquilino @cebrianmonereo @JoseCabiedes entre otros

Conclusiones: hay talento en todos sitios, solo hay que buscarlo, encontré start-ups guapas, de tamaño respetable e historias de éxito en los lugares más insospechados. Característica común, todo el mundo muy discreto, no se prodigaba en medios, había que buscarlos muy en serio. Habían startups? Muchas: Trymedia (adquirida por Real Networks) (Cookpad), (Carrefour), Swiss Mobility Solutions (Gemalto), Telemaco (Ticketea).. En algunas ventas los contactos del Hacker Club resultaron claves para la operación. (Mis-Recetas.org)(PlanetaHuerto.es)

Y descubrí otras como @fromthebench @EnergySistem @HawkersCo  @Tutellus  @CoverWallet  @Iristrace  @RiveTechnology  @replydotai @fixR_com  @Orizon_es @minderest_com @MultiScanTech que no imaginaba.

Más de 100 tíos enmedio de la montaña en Alcoy haciendo email marketing con oficinas estilo Google, gimnasio incluido y plantilla internacional? Ahí está @adSalsa

El club terminó teniendo oficinas tipo coworking unos años, pero las terminé cerrando porque al final el valor no estaba en la oficina, sino en las relaciones que estableció en un sector disperso. El sucesor natural del club ha sido @_Alicantec , una asociación mucho más potente

Entre medias establecimos contactos con la universidad, organizamos concursos, etc. El club sirvió para vertebrar las start-ups de la provincia y aunque desde que estoy en BCN apenas hay reuniones, las conexiones perduran. A nivel de números, al final éramos más de 100 miembros aunque a las charlas solían venir solo 10-20 personas los asistentes eran crema 😉

Normalmente siempre había charla y luego cena en algún restaurante. Yo inicialmente hice de mecenas (viajes de ponentes), luego puse cuotas, curiosamente cuando la gente paga asiste más que si es gratis.

Este hilo no es para decir que los de Alicante «semos los más mejores». Mi conclusión tras el club y cuando he ido a otras ciudades es que hay mucho talento escondido en todas partes, no tengas prejuicios sobre tu ciudad, busca a los buenos, júntalos, saldrá algo chulo. Pero filtra, por Dios, filtra. Si invitas a cascoporro los buenos dejarán de ir y los pesados divagantes tomarán el control.

El concepto bueno para mi es el de «club», lo tomé del «Homebrew Computer Club» de Silicon Valley, el club de frikis cacharreros de donde salió Apple (en.wikipedia.org/wiki/Homebrew_…)

Los que más me ayudaron fueron @antor y @joseleperez, luego @andres_pedreno cogió el relevo con @_Alicantec »

A raíz de varios comentarios, Eduardo Manchón añadió un segundo hilo, que completaba el cómo llevar a cabo un proyecto como el desarrollado en el Hacker Club

«El primer requisito: proyecto propio lanzado. Arrancar proyecto es divertido, lanzarlo requiere ocuparse de detalles aburridos, por eso muchos devs tienen proyectos que nunca lanzan. Creo en hobbies como base de la innovación pero quedarse en el onanismo intelectual no mola

Si hay proyecto además puedes fácilmente evaluar el nivel de conocimientos de la persona y su capacidad, no tienes que especular con preguntas rarunas estilo psicólogo de RRHH, ejem… yo soy psicólogo de formación 😉

Segundo requisito: Capacidad de hacer algo, generalmente esto significaba saber programar en el 95% de los casos y el resto tenían experiencia contrastable (proyecto lanzado) en algún otro campo. La idea era evitar el «idea guy»

En USA muchas startups de éxito son perfiles técnicos potentes evolucionados a CEOs. Y no me refiero solo a tener una carrera técnica sino a que picaron ellos el código de la primera versión con sus propias manitas. No todo mundo tiene esa capacidad, cuando encuentras uno, flipas
Sin perfil tecnológico, tengo una capacidad limitada para comprender lo q se puede hacer con la tecnología. Menos aún se lo que hacer con innovaciones recién lanzadas, justamente donde están oportunidades para proyectos guapos. Mi perfil no servía, yo era la cheerleader del club

Tercer requisito: venir a aportar y no a tomar. Contar cosas concretas interesantes que has aprendido con tus propios proyectos, cosas que no contarías en abierto, pero si a un público pequeño y de manera informal, cosas potencialmente reutilizables por otros miembros del club.

Recuerdo por ejemplo como @antor nos enseñó como tenía montado su mechanical turk en Amazon. Por el contrario si alguien venía al club a vender su moto, a buscar clientes, a hacer puro networking, no tenía cabida.
Por supuesto de manera natural al conocerse al gente pasaban cosas y algunos encontraban clientes, pero la base era no venir solo a tomar del grupo, sino a aportar al grupo.

Cuarto requisito: solo gente de buen rollo extremo. Hay gente con cuentas pendientes con el mundo, tenlo claro, te arruinarán el grupo, evítalos como la peste. Lo bueno es que se auto-identifican rápido, a mi decían cosas como «cómo se que no me van a copiar mis ideas?»

Quinto requisito: Seriedad. Aunque surjan buenas amistades y tras la cena acabábamos tomando gintonics, el club no puede ser un grupo de amigotes, para eso hay otros foros. Las reuniones son serias y tienen un objetivo, compartir conocimiento práctico de gente potente.

Si alguien no se preparaba bien la charla, caña. Si alguien se ponía pesado interviniendo demasiado, caña. Había gente que venía de lejos y/o con obligaciones familiares, si el evento no es serio, dejarán de venir.

El auto-bombo estaba estrictamente prohibido. Una cosa es explicar tu proyecto y otro el auto-bombo. Yo era estricto, daba caña si tocaba y dejaba de invitar a quienes no se comportaban. Alguno se lo tomó muy mal.»

 

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Eduardo Manchón, fundador del Hacker Club. Imagen vía elmundo.es